I
Una montaña negra,
Un cielo pálido y claro,
Una vereda en remanso,
Un sombrío bosque de palos.

Tarde de Otoño,
Calatayud mojado.
Entre pálidas tristezas,
Tengo el aire atragantado.

La melancolía me llega,
Con el cauce sucio
Del sucio Jalón.
Y unas nubes blancas,
Otras nubes negras,
Peregrinas, lentas,
Del aire burlón,
Anudando están: mi pecho.
Ahogando: mi corazón.

II
¡ Saltarinas sierras,
que lejos estais !
¡ Valerosos campos,
largo cabalgais ¡

De la aceituna al brasero,
Del olivar a la roca,
Del camino al limonero.

Desde el campo, a la taberna:
A tutear la baraja
Con vino de pitarrero.

En Diciembre: la matanza.
En Febrero: el aguacero,
… Y pasando las escarchas
llega con Pascua el romero.

Pero nunca se me olvida
La fiesta de los labriegos,
De júbilos campesinos:
“ LA ENCAMISÁ” para Enero.

III
La noche de San Fulgencio,
Caballos, mulos y jacas,
Hombres y bestias peleños,
Se atusan y se acicalan
Calzando zapatos nuevos.

Ardientes lumbres tan altas,
Como el álamo de un cerro,
Que calientan e iluminan
El paso de los cabrestos.

Campanas y cascabeles,
Madroños, mantas y cueros;
Entre “vivas sanantones”,
Corre el vino y los buñuelos.

El suelo negro de piedra,
Estrellado como el cielo,
Por el choque de los cascos
Y chispas de los aceros.

…Todo es humo,
todo es viento,
todo es efímero y fiero.
Todo es momento de ausencia
Impregnando mi recuerdo.

IV
¡ Navalvillar de Pela!
Un alba fuiste madre
De quién ahora te vela.
Me hiciste hermano del lobo,
Hijo de la golondrina,
Nieto del carbón y el zorro.(*)

Y me lanzaste a las piedras,
Al sol y al trillo cebado.

¿Cuando volveré a vestirte,
vieja madre: Extremadura?
¿Cuándo volveré sentir:
-tu aroma de musgo y chozo,
-el cálido gusto de mis amadas migas,
-la dulce y sosegada paz
de tu alma de campo solitario,
que todo lo ennoblece y lo circunda?

V
¡Saltarinas sierras,
que lejos estais!
¡ Valerosos campos,
largos cabalgais!

La melancolía me llega,
Con el cauce sucio
Del sucio Jalón.

Y unas nubes blancas,
Otras nubes negras,
Peregrinas, lentas,
Del aire burlón,
Anudando están: mi pecho,
Ahogando: mi corazón.

Autor: Salvador Fausto Valdés

El autor

fausto valdesNacido en Navalvillar de Pela, en un año cercano al siglo pasado, es nieto de Isidora Corvillo- de quién el Grupo de Coros y Danzas “ Pelindongo” obtiene parte de su información de campo a través de Manuela Baviano-. Tuvo que emigrar a Madrid con su familia, cuando contaba ocho años de edad. Músico, compositor y letrista es autor de varios poemarios, todos ellos inéditos.

En 1.998 obtiene la Mención de Honor del Jurado, en el XII Certamen de Poesía de la Casa de Andalucía de Getafe, por su poema “ Del color de la noche”.

Este poema, que aquí se transcribe, pertenece al poemario Poemas de un soldado. Lo escribió mientras cumplía el servicio militar, a las orillas del río Jalón, en el año de1.977.

página web: www.faustovaldes.com
correo electrónico: faustovaldes@hotmail.com