Autor: Federico Parralejo Arroyo. Licenciado en Historia

INTRODUCCIÓN: Poesía y canción popular alusiva.

1.- Describir las características de la fiesta en la actualidad en el pueblo.
1.1. Conceptos: fiesta, encamisada…
1.2. Descripción de la fiesta:
– Días previos: Reuniones de la cofradía, preparativos familiares y ajuares, Tambor desde los Reyes, la casa del santo, la pedida…
– El día de San Fulgencio: el rito de la recogida de la leña, los gigantes y cabezudos, la bendición de animales, los preparativos del jinete y la montura en casa, el trato del caballo, el vino de honor, las campanadas de las ocho, la salida de la plaza, las hogueras, la carrera y su gritos, los puros y buñuelos, las migas con chorizo de madrugada…
– El día de San Antón: la misa, procesión y subasta de la sacada del santo, el Refresco de cofrades, la verbena…
– El día de San Antonino: Cucañas, carreras de cintas a caballo…
– El día del Chiquirrinino: Carreras de caballos y burros, fútbol…
1.3. Aspectos organizativos:
– Función de la cofradía y el Mayordomo y el Ayuntamiento.
– Participación directa y totalitaria del pueblo en la organización: Casa del Santo, Pedida, recogida de la leña, casas y remolques de vino y biñuelos, etc.
1.4. Caracteres etnográficos de la fiesta:
– Elementos mágicos y religiosos: Tambor de los niños, tres vueltas, abanderado, hogueras, campanas, gritos, cascabeles, hachas, las bestias y su mitología (“sudan en la cuadra”, “tienen más conocimiento que las personas”), etc.
– Localización temporal (cercanía al solsticio), recogida de aceituna, festividad de la diócesis y cristianización…
– Repercusiones psicosociológicas: carácter catártico, identificación popular, mezcla del carácter laico (contenido de vivas) y religioso (bendición de los animales), las diferencias sociales y la vestimenta del jinete…
– Importancia de los fenómenos de divulgación: evolución de componentes (el gorro, zahones, etc.), cambios de costumbres (el papel de la mujer, la evolución de la Cofradía…), fiesta de interés turístico.
– Creencias mágicoreligiosas explícitas (“El santo pone las manos”, “no llueve en la carrera”), etc.

2.- Los orígenes y tradiciones de la fiesta.
2.1. Las leyendas orales sobre los orígenes de la fiesta.
2.2. La fiesta como algo vivo en evolución: El pasado reciente, elementos de la Edad Moderna, luchas de moros y cristianos en la Edad Media, la romanización de las costumbres vetónicas, ritos espirituales prehistóricos…
2.3. Tradiciones colaterales a la fiesta: los buñuelos, el vino, la manta guapa…
2.4. Validez histórica de estos orígenes legendarios.

3.- Elementos etnográficos característicos de la fiesta.
3.1. Describir e interpretar los elementos materiales. Vestimenta del jinete, del caballo, lumbres y vino, la banda, la infantería, las casas, etc.
3.2. Función antropológica de los distintos elementos:
– Tambor desde diez días antes de la carrera,
– Recorrido predeterminado del casco antiguo,
– Duración del acto definido por tres vueltas del abanderado,
– Componentes animales/bestias (caballos, burros, mulos, etc.);
– Elementos naturales ecológicos (leña, hoguera, gamones, etc.);
– Elementos culturales (vino de pitarra, dulces, remolques, etc.),
– Atavío del jinete (gorro, pañuelo, fajín, zahones, camisa, etc.);
– Arreos del caballo (manta de madroños, montura, cola envuelta en cintas, campanillos, etc.).

4.- Interrelacionar e interpretar la función de estos elementos en un todo global.
4.1. Componentes sexuales: la camisa y el frío, el dominio de la bestia, la exhibición ante la mujer, el ligue…
4.2. Componentes conductuales: la desinhibición progresiva, los gritos como liberación, el vino como elemento de solidaridad, la hospitalidad…
4.3. Componentes anímicos: el sentimiento de la fiesta, el trato del caballo….
4.4. Componentes funcionales: los remolques, la banda, la bandera…
4.5. Componentes económico sociales: las diferencias de monturas, los atavíos de los jinetes, los elementos económicos de los dulces, las casas abiertas…
4.6. Otros.

5.- Contrastar y comparar la evolución e la fiesta lo largo del presente siglo.
5.1. Introducción de nuevos elementos y funciones en la fiesta según los fenómenos de divulgación cultural:
– Cambio funcional de la mujer,
– Persistencia del caballo en una sociedad tecnificada: el alquiler de caballos, la ausencia de mulos y burros.
– Modificación de la vestimenta y otros elementos funcionales.
– Introducción de elementos más sofisticados (bandas musicales, canción popular, etc.),
– Expansión de la gente de “a pié”, etc.
– La tendencia a la conservación del vino como elemento de catarsis colectiva: el reparto masivo de vino y buñuelos.
– Fiesta de interés turístico.
5.2. Valoración de la transformación que estos elementos innovadores suponen en la fiesta.

“La fiesta tradicional de La Encamisá o Carrera de San Antón.”

INTRODUCCIÓN: Poesía alusiva y canción popular alusiva.

El pasado reciente
(Poesía publicada en el programa de 1956)
“El día de Reyes empiezan Y, para ir haciendo ambiente
a sonar los campanillos, entre jóvenes y abuelos,
a redoblar el tambor, de las sartenes hirvientes
a alegrase los chiquillos… salen ricos buñuelos.

Por fin, llega el dieciséis: Anochece. Las campanas
febriles preparativos, repican ¡cuanta emoción…!
que es día de San Fulgencio De las lumbres brotan llamas,
y entra la fiesta en activo. de los labios: ¡San Antón!.

Y entre músicas, cohetes, Ya el Patrón se quedó solitario
vino, buñuelos y hogueras en su humilde hornacina del templo,
da tres vueltas el tambor, cual lo estuvo antaño,
escoltando a la bandera. en el hosco y lejano desierto:
a Dios alabando
y rogando al Señor por sus siervos.”

La canción más popular
(Orígenes en los años setenta)
“En mi pueblo al arder las hogueras Yo he visto un buñuelo loco
se ve más y mejor la carrera, en una sartén morena
aunque en Cuenca los tengan troníos se lo doy a mi caballo
para dulces los bollos dormíos. que es el rey de la carrera.”

1.- Describir las características de la fiesta en la actualidad en el pueblo.

1.1. Conceptos: fiesta, encamisada…

Es indudable la fuerte raigambre de la fiesta de San Antón en Navalvillar de Pela. La Encamisá es el elemento más peculiar de nuestra tradición, con el que nos sentimos más identificados y motivo de orgullo y diferenciación de los peleños. La fiesta está viva y unida a nuestra esencia, no sólo anualmente, cuando la celebramos, sino que es reflejo de nuestro ser, historia y tradición. La Encamisá recoge nuestra cultura agrícola, enraizada en la tierra, sus cambios, autopsia de la evolución del pueblo, sus valores y su forma de vida.
Los elementos de la Carrera, como instrumentos, componen la orquesta que nos hace sentir la sinfonía mágica de la noche del 16 de Enero. Tienen sentido en cada momento histórico y han ido adaptándose desde un origen remoto y desconocido. En ellos está nuestra gente (jinete, infantería, tambor, mayordomo…), nuestra artesanía (manta, madroños, campanillos, zahones…), nuestra cultura y cultivos (vino, buñuelos…) y nuestra esencia en el más amplio sentido (fuego, vueltas, procesión, gritos …).
El sentido que todos estos símbolos del ser peleño han tomado a lo largo de los tiempos puede haber variado, nosotros aquí solo pretendemos acercarnos a ellos y relacionarlos con nuestra historia de ahora mismo y al alba de la cultura, del final del segundo milenio de la historia.

* FIESTA: Reunión social en algún sitio para divertirse.

Desde el punto de vista etnográfico:
Conjunto de manifestaciones y diversiones destinadas a conmemorar un hecho.
– La fiesta responde a una necesidad profunda del individuo, que puede expresarse y recrearse en ella de un modo no habitual.
– Las fiestas son casi siempre colectivas y proporcionan ocasión al grupo interesado para afirmar su cohesión.
– Entre los pueblos cuyas creencias son inseparables de la vida cotidiana, las fiestas suelen estar asociadas a fenómenos religiosos, ya que, en efecto, permiten rebasar la condición material de los individuos y les proporcionan el sentimiento de acercarse al mundo de los dioses y de los antepasados, a menudo asociados.
– Por otra parte van acompañadas de la subversión de las reglas habitualmente en vigor en la colectividad interesada. Además, la participación activa en la fiesta implica muchas veces el conocimiento de un mito que se encuentra reproducido en ella; los no iniciados quedan entonces reducidos al papel de espectadores más o menos sobrecogidos.
– La ocasión para la fiesta puede ser un acontecimiento de la vida colectiva, de orden económico (fiesta agraria), de orden religioso (iniciación), o incluso un acontecimiento de orden político (el resultado feliz de una guerra).
– La fiesta se celebra en un lugar público y puede dudar varios días y acompañarse de manifestaciones diversas: generalmente se consume una gran cantidad de alimentos. Se asiste, incluso, muchas veces a verdaderas dilapidaciones de bienes, con el deseo implícito de hacer ostentación de la riqueza. El honor de los protagonistas se halla a menudo en juego y depende del valor de los objetos ofrecidos. Durante los años de mala cosecha las fiestas disminuyen considerablemente.
– El abuso de alimentos diversos va acompañado de abundantes libaciones: la embriaguez contribuye a que el individuo pierda el control, lo cual parece ser uno de los fines buscados por la fiesta.
– Un atavío y unos adornos poco usuales contribuyen a dar a los participantes un aspecto desusado. La danza a menudo acompañada de música puede conducir a estados de trance, durante los cuales el mundo sobrenatural parece muy próximo. La presencia de máscaras o la transmisión de los atavíos, que representan a menudo a los antepasados, ascendientes reales o míticos, hace participar directamente a estos últimos en la fiesta; a menudo la justifican, y los actores toman entonces conciencia de su papel dentro de todo el grupo social, cuya cohesión se encuentra, así, reforzada.

* ENCAMISADA: Especie de mojiganga que se ejecutaba de noche con hachas, para diversión o muestra de regocijo.

* MOJIGANGA: Sorpresa nocturna en la que los soldados atacaban al enemigo cubiertos con una camisa para no confundirse con él.

1.1. Descripción de la fiesta:

* DÍAS PREVIOS:
A NIVEL GENERAL: Todo el año.
* Pueblo: Todo el año, cualquier peleño hablará a los forasteros de San Antón, con el otoño tema constante de conversaciones.
• Familias: Preparar los atavíos (especialmente manta de madroños, montura, zahones).
– Tradición familiar de hacerlos o recopilar en el ajuar (Manta: cortar tiras, tejer, hacer madroños) para todos los hijos varones, también transmisión hereditaria a los mayores.
– Caballo: mantenimiento todo el año (sin valor económico) o búsqueda de alquiler o préstamo todo el otoño.
• Organización: Cofradía y Mayordomo.
– Inicio del otoño. Asamblea de Cofrades: aprobación de cuentas, renovación por partes de la Directiva (mitad cada año), elección si procede de Mayordomo.
– Apertura de la Casa del Santo: Reuniones de directiva convocadas por cohetes al anochecer. Preparativos: vino, pedida, elección tambor, negociaciones con el ayuntamiento… Efervescencia en aumento conforme se acerca la fiesta. Abierta a todos, tradición pasarse y probar el vino de la carrera.
– A partir de Navidad: Pedida, casa por casa aportaciones populares a la fiesta, bien recibidos los directivos, muchas veces emborrachados. Cobro de cuotas de cofrades (invitación a refresco y puro).
• Tambor desde los Reyes
– Tamborilero: Niño hasta de 10/12 años hasta los 15/16.
– Desde el día de Reyes el Tambor recorre una vez el recorrido de la carrera (casco histórico del pueblo) al amanecer y al anochecer. Por la tarde acompañado de niños que llevan campanillos (algunos muy grandes) o zumbas; griterío infantil; al final en la casa del Santo un buñuelo a cada uno.

* El día de San Fulgencio (Siempre 16 de Enero):
– Polémica antigua mantener la fecha rotatoria por la semana, hacerlo en fin de semana para facilitar la venida de emigrantes.
– Madrugada: el rito de la recogida de la leña: Antes la leña de las hogueras la aportaban los vecinos de cada barrio. Actualmente se corta en el monte por el ayuntamiento y en la mañana de la Carrera la recogen grupos de jóvenes dirigidos por la directiva. Tradición de una botella de aguardiente o licor. Migas con chorizo al terminar en la casa del Santo.
– Tarde: los gigantes y cabezudos: Con banda musical, los niños recorren el pueblo tras las máscaras.
– Tarde: la bendición de animales: Tradición muy moderna, de los años noventa. Por imitación del significado de San Antón, patrón de los animales, en otros lugares (E.: Barcelona). En la puerta de la iglesia, bendición de cabalgaduras, perros, tortugas, etc. Colorido de caballos, mulos y burros.
– Caballos: Limpieza y preparativos de montura; los días previos se han montado para acostumbrarse (antes no hacía falta), tradición de pedirlos prestado a familiares o vecinos que lo usan. Ultimamente, tras la crisis de falta de caballos de los años setenta, colorido trato de alquiler (precios entre 25.000 y 40.000 pts), algunos con acuerdo previo, cada vez más espontáneos. Más de 200 caballos foráneos. Procedencia desde provincias limítrofes de picaderos, monta turística, etc.: Rocío, tradición gitana de trato con animales, etc.
– Atavío del jinete: Envolver la manta, preparar camisa, pañuelos, montura, etc. Rito especial la confección del gorro puntiagudo, hecho con gamones y prendido sobre el pelo con alfileres; tradición de realización por mujer: madre, hermana, novia, tía….
– El vino de honor: Hasta los años ochenta ofrecido por la Directiva a los Cofrades y autoridades en la Casa del Santo. Actualmente, en el Salón de Plenos del Ayuntamiento, abierto a todos los peleños y visitantes. Inicio de la fiesta, sobre las 19 horas.
– La Carrera o Encamisada: Iniciada a las ocho de la noche en la plaza, tras las campanadas y el lanzamiento de cohetes. El tambor y la bandera inician su recorrido. con el se empieza repartir el vino. se encienden las hogueras, empiezan los vivas y gritos, se abren las casas. Comienza el desfile de la banda y la infantería. Los caballos se van incorporando a la Carrera por todas sus entradas.
Finaliza tres horas después, tras tres vueltas de la bandera y el tambor por todo el recorrido cerrado, en la plaza: se entrega un buñuelo y un puro a todos los participantes. Llevar las bestias a casa, cubrirlas contra el frío…
– Madrugada: Fiesta y alcohol. Verbena Popular. Migas con chorizo de madrugada, …

* El día de San Antón: (17 de Enero)
– Misa Mayor: Presidida por el Mayordomo y la Directiva, en honor al Santo Patrón.
– Subasta: Para sacar en procesión el santo desde la Iglesia. Hasta la puerta lo trae la Directiva.
– Procesión del Santo: Colorista presencia de caballos ataviados, día grande del pueblo, se visten las mejores galas. Muchas ausencias juveniles por la resaca de la noche pasada.
– Refresco de cofrades: Anteriormente ofrecido por el Mayordomo y la Directiva a los cofrades (sólo clase media y alta de agricultores). Actualmente, abierta a todos los cofrades, (¿miles?), tradición de placa a cofrade más joven (de días) y más mayor.
– La verbena…

* El día de San Antonino: Cucañas, carreras de cintas a caballo…

* El día del Chiquirrinino: Carreras de caballos y burros, fútbol…

1.2. Aspectos organizativos:
– Función de la cofradía y el Mayordomo y el Ayuntamiento.
– Participación directa y total del pueblo en la organización: Casa del Santo, Pedida, recogida de la leña, casas y remolques de vino y buñuelos, etc.

1.3. Caracteres etnográficos de la fiesta:
– Elementos mágicos y religiosos: Tambor de los niños, tres vueltas, abanderado, hogueras, campanas, gritos, cascabeles, hachas, las bestias y su mitología (“sudan en la cuadra”, “tienen más conocimiento que las personas”)…
– Localización temporal (cercanía al solsticio), recogida de aceituna, festividad de la diócesis y cristianización…
– Repercusiones psicosociológicas: carácter catártico, identificación popular, mezcla del carácter laico (contenido de vivas) y religioso (bendición de los animales) enfrentamientos por la organización entre el párroco y la cofradía (años cincuenta y años noventa), las diferencias sociales y la vestimenta del jinete…
– Importancia de los fenómenos de divulgación: evolución de componentes (el color del gorro, zahones, etc.), cambios de costumbres (el papel de la mujer, la evolución de la Cofradía…), fiesta de interés turístico, la contaminación de las costumbres (los caballos de doma, el atuendo cordobés, …).
– Creencias mágicoreligiosas explícitas (“El santo pone las manos”, “no llueve en la carrera”, “el niño sin campanillo no tiene buñuelo en el tambor”, “las bestias tienen más conocimiento que las personas”), etc.

2.- Los orígenes y tradiciones de la fiesta.

2.1. Las leyendas orales sobre los orígenes de la fiesta.

Cuenta la leyenda, transmitida oralmente de generación a generación y felizmente recogida en verso por M. Petra Baviano, que la fiesta conmemora la victoria de los peleños contra los moros. Tras una encarnizada batalla que se libró en la Sierra del Bravo, los moros se refugiaron en Repica antes de asaltar el pueblo. Pero los peleños recurrieron a su inteligencia y con la ayuda del Santo Patrón tramaron una celada para amedrentar a los infieles: hicieron grandes hogueras, galoparon veloces portando hachas encendidas con estruendo de tambores, cencerros y campanillas; vistieron grandes camisas blancas y aumentaron su altura luciendo gorros acabados en punta; de esta manera asustaron a los moros que huyeron despavoridos creyendo que se trataba de un ejército numeroso y fantasmal.

2.2. La fiesta como algo vivo en evolución:

* El pasado reciente.
– Las caballerías abundaban, sobre todo las yuntas de mulas (caballos había menos) y los pacientes asnos, que montaban len la carrera los muchachos y los adultos mayores para dar una vuelta a su nietecillos. Con respecto a “las bestias” también ha habido cambios. Por cuestiones laborales y económicas, con respecto a la agricultura local, muchos caballos, mulos y burros han desaparecido por lo que desde hace unos años entre 150 y 200 caballos corren la carrera no son del pueblo. Vienen de fuera para esa noche y son alquilados para la ocasión. Tal vez esto sea una de las causas del aumento de accidentes que se han producido en los últimos años, junto con la gran cantidad de vino que se consume esa noche.
Las caballerías autóctonas relinchan nerviosas al escuchar los ruidos propios de la carrera. Los caballos que traen de fuera (muchos, desde que se mecanizó el campo) deben adaptarse al ritmo trepidante del festejo, manejados, la mayoría, por jinetes más acostumbrados al volante o los manillares de las motos que sujetar bridas. Lo mismo sucede con las chicas, improvisadas amazonas cuya participación aumenta cada año. A pesar de todo se cabalga, se bebe, se canta.. y los accidentes son mínimos, en comparación con la multitud que participa en la carrera nocturna.

– Las mantas guapas, pocas Antes las mantas eran normales, sólo los labradores más fuertes llevaban la manta con madroños, los cuales eran mucho más pequeños… y con madroños según el tamaño que tienen los que se crían en la sierra; después, fueron aumentando como si fueran manzanas, luego hermosas naranjas, pronto sandía y calabazas. En la Encamisada de los noventa se pueden tres tamaños de madroños por lo general: los pequeñitos, los medianos de los años 60-70 y los grandotes que se hacen últimamente.

– ¿Para qué encender hachas de gamones con la esplendorosa luz que tenemos ahora?. así como las “hachas de gamones” que se encendían al paso de la bandera. Estas se hacían con manojos de gamones que recogían los muchachos en el campo y se secaban en el horno, haciéndose posteriormente las hachas que se encendían en la carrera.

– Las albardillas que llevaban las caballerías, así como las mantas bufandas o las listas de repaso, apenas se ven ya. A partir de los sesenta, empezaron a tejerse con dibujos multicolores, representando motivos florales y, también, bordadas sobre pana o terciopelo.

– La vestimenta de los jinetes ha evolucionado igualmente: se ha perdido el pañuelo multicolor que llevaban terciado en bandolera y se ha incorporado el pañuelo de cuatro picos al cuello que, al igual que el de la cabeza, era multicolor y no rojo, como algunos creen ahora. Otro elemento de reciente incorporación son los zahones: prenda de trabajo que ya no suele usarse, constituyen un precioso adorno artesano en el atuendo actual del jinete,

– Los típicos gorros, que antaño eran pañuelos de seda multicolor, de un solo color con relieve, o lisos y estampados (procedentes, la mayoría, de los soldados que servían en África) se ven poquísimos; han dado paso a los se hacen con pañuelos de color rojo. Al cuello también se usan encarnados, con la frase ritual ¡Viva San Antón! e incluso con caballo y jinete bordado.

– Nuevos elementos: La faja de idéntico color; al igual que las botas camperas, pantalones vaqueros.

– Los forasteros que nos visitan, antes se reducían a los de pueblos limítrofes, actualmente afluyen de lugares muy alejados, a causa, a veces, de acompañar a nuestro emigrantes, que procuran acudir a la patria chica, atraídos por la carrera.

– Una forma de participación muy popular en la actualidad es la ir en “la infantería”, que antes se limitaba al Mayordomo y las autoridades. La infantería que antes la formaban las autoridades, banda de música y pocos más, se ha multiplicado en los últimos años. Los jóvenes que no consiguen cabalgadura, hacen el itinerario a pie, animándoles con cantos, risas y los gritos de fiesta. De vez en cuento hacen un alto para saborear los buñuelos y licores que les ofrecen; es necesario contrarrestar al frío nocturno y coger fuerzas para las tres horas que suele durar la carrera.

– Costumbres recientes: bendecir los animales, montar las mujeres solas o en compañía. La pedida de dinero, antes unas medidas de aceite o, en años buenos, una fanega de trigo. El gasto de millones de la fiesta, que hace necesaria la financiación por parte del Ayuntamiento.

– La participación de los niños con el “Tambor del Santo”, preludio e iniciación para la carrera ha decaído considerablemente a lo largo de los últimos años, sobre todo en la aportación de campanillos y zumbas.

– Los “Biñuelos” de la carrera eran hechos por las mujeres de los cofrades, claro que solo se daba uno a cada jinete al término de la misma, lo que producía una gran cola de caballos y jinetes esperando, por lo que había hombres que, unos premeditadamente y otros de forma espontánea, “sujetaban la carrera” cuando comenzaban a repartirlos. Hay que destacar que no había vino y buñuelos para todo el mundo como ahora.

– Algo que también ha desaparecido ha sido la preparación de las hogueras por parte de los vecinos, que solían contribuir con su propia leña.

– En los últimos años podemos ver mujeres que corren la carrera, bien solas o acompañando a los hombres; esto estaba antes muy mal visto. Las mujeres se limitaban a situarse en algún lugar estable del recorrido y se ponían roncas de contestar ¡vivas! a los hombres, pero nada más.

– La organización de la Fiesta también ha cambiado. Parece que en torno a los años cuarenta, la Cofradía de San Antón tenía, o adquirió, carácter eclesiástico, con estatutos seglares incluso, mientras que en la actualidad es una asociación civil y laica.

– Antes de la guerra y durante la década de después, el Mayordomo era algún miembro de las familias ricas del pueblo y la Junta Directiva era elegida a dedo, habiendo muy pocos cofrades y casi todos de clase media y alta. El relevo de la directiva era completo, pasando a la forma actual en los años setenta. Por estos años comenzó a admitir mujeres en la Cofradía y posteriormente en la Directiva.

* Elementos de la Edad Moderna.

La explicación aportada por las leyendas orales encaja con la tradición del los siglos XVI y XVII, en una España militarizada a fuerza de mantener un “Imperio donde no se ponía el sol” y recientemente victoriosa de los infieles sarracenos. No es exclusivo de Navalvillar esta interpretación bélica de la fiesta; aparece en muchos otros lugares, coincidentes más o menos con el solsticio de invierno, como en Torrejoncillo en Cáceres. Además la Encamisá era una práctica militar habitual en estas fechas, el Diccionario de Autoridades de 1732 define la palabra encamisada como “estrategia militar que se usa de noche para insultar y acometer a los enemigos y cogerlos de repente, lo que se hace poniéndose sobre los vestidos unas camisas para que con la oscuridad de la noche nos se confunda con los contrarios; y de aquí se vino a llamar encamisada la fiesta que se hace de noche por la ciudad en señal de regocijo”.
Así pues, en esta época encontramos un origen documentado de la carrera y algunos de sus componentes: su nombre, el caballo como arma militar, la indumentaria del jinete, el fuego de las antorchas, los términos militares (infantería). Algunos apuntan que la fiesta fue traída al pueblo por los repobladores castellanoleoneses que acudieron al pueblo tras su fundación en el s. XV como celebración de eventos acaecidos en sus lugares de origen. Nuestra opinión es, sin embargo, que se trata de un elemento más de la cristianización de la fiesta pagana que venían celebrando con anterioridad los habitantes de estas sierras, previamente a la fundación del pueblo en su emplazamiento actual en 1418.

* Luchas de moros y cristianos en la Edad Media.

Otros elementos de su cristianización son el patronato de san Antón, santo eremita que cobró fama como sanador de la enfermedad llamada “Fuego de San Antonio” y patrón de los animales. Es práctica habitual del cristianismo adaptar ritos y cultos paganos a la fe cristiana tras su intento de extirpar viejas creencias. De esta forma en la Edad Media la fiesta se cristianiza añadiéndose elementos: el Santo, la procesión y la organización adopta el nombre de Cofradía así como el cambio de fecha previsible para hacerlo coincidir con el calendario santoral, y el día de la Diócesis placentina, con gran importancia en la conquista cristiana del pueblo ante los árabes.
Otros símbolos como las vueltas y el fuego toman otro significado en la Edad Media: Se trata de ritos para purificar a los animales, por temor a las pestes y a enfermedades de procedencia diabólica. Con el tránsito de los animales de hoguera a hoguera se busca purificarlos y protegerlos. Además el ritual se completa con dar alimentos benditos a los animales: el buñuelo de final de carrera.
Poco a poco nos vamos sumergiendo en un mundo precientífico donde diablos, fuerzas ocultas y ritos luchan y tratan de explicar lo desconocido. Rasgos que representan la religiosidad de los pueblos y que tienen origen y sentido intemporal como elementos de una cultura campesina que arranca en el neolítico y se manifiesta a través de fiestas y prácticas diversas hasta la actualidad.
No podemos olvidar que la presencia árabe en España duró 800 años y que su huella en nuestras costumbre y formas de ver la vida es, sin duda, mayor que la atribuida por la historiografía oficial. Esta presencia en Navalvillar de Pela está atestiguada por testimonios orales que hablan de los restos de una alcazaba en su término municipal. Ellos también recogen ritos mágicos de las festividades que les anteceden y le añaden elementos, especialmente en lo referente al vestuario del jinete y cabalgadura: gorro parecido al de combate beréber, sedas de pañuelos que semejan brillos metálicos de armaduras, mantas de campaña que con el tiempo es puro ornamento y atuendos del caballo. Según estos datos la fiesta celebra la conquista musulmana de estos territorios, los jinetes a galope invaden el pueblo y con antorchas incendian las casa y pajares produciendo hogueras al tiempo que lanzan gritos guerreros.

* La romanización de las costumbres vetónicas.
Previamente habían sido los romanos los que unificaron e interpretaron ritos y creencias prehistóricas que están en el origen de muchas fiestas. Celebraban fiestas en honor de los dioses Consus y Ceres con carácter de ritos agrarios y funerarios. En estas fiestas los animales de tiro (caballos, asnos y mulos) no debían trabajar, eran coronados de flores y se celebraban carreras. De ello puede proceder el atavío del caballo y su protagonismo en la fiesta, así como el sentido no competitivo de la carrera en torno al casco antiguo de la localidad.
Por otro lado Persefone: entre los romanos Proserpina, diosa de la fecundidad del suelo. Tenía como atributos la antorcha y el gallo. Es la asimilación, en nuestras tierras, por los romanos de una diosa más antigua de los Vettones, Ataecina, diosa a la que se adora con exvhotos de jinetes a caballo. En la interpretación que hace J.M. Domínguez Moreno de la Encamisá de Torrejoncillo, encontramos datos que nos hablan del origen primigenio de ciertos elementos de la Carrera de San Antón, relacionándoles con el culto vetón a Ataecina – Proserpina, diosa de la noche y sus misterios

* Ritos espirituales prehistóricos…

El significado último de algunos símbolos se nos escapará para siempre. No obstante, por tratarse de una fiesta cercana al solsticio de invierno, fecha plagada de ritos y cultos a la naturaleza desde la remota antigüedad. El solsticio, para el hombre primitivo, con sus noches largas y sol débil, era considerado el nacimiento del sol y se estaba obligado a ayudar al sol naciente que luego resultaría beneficios. Para que esto fuese posible, encendía fuegos en la tierra (hogueras y hachas) de manera que el astro rey no tuviera dificultad de reencenderse en ellos, en un proceso de magia simpática. El fuego también servía para quemar y destruir todas las fuerzas dañinas. El nacimiento del sol significaba el nacimiento de un nuevo año, que debía comenzar limpio y purificado. Las vueltas con antorchas encendidas cumplían este fin.
Creencia en el poder fertilizante de la hoguera (lograr la fertilidad de campos, personas y animales), creencia común entre los campesinos europeos, fuera la motivación primaria de los fuegos solsticiales extremeños. Pero la influencia fertilizadora, además de con los vegetales la hallamos en relación con el mundo animal, como se pone de manifiesto en el comportamiento de hombre ya animales ante la propia hoguera (saltos por las llamas, paso de cenizas…) Los brincos entre el fuego hay que interpretarlos como lanzamientos en si mismo (poder de fecundación). Hasta el siglo XVIII las hogueras de Navidad tienen amplia difusión en Extremadura, sus tizones eran repartidos por los campos apara asegurar la fertilidad agraria y ganadera.. Las correrías vociferante y el uso del zajumeriuh en tiempo de matanzas , que por su olor son capaces de ahuyentar los espíritus que se refugian en las viviendas con el consiguiente peligro para personas y alimento (carnes, embutido…).
(JOSE MARÍA DOMÍNGUEZ MORENO).
Las tres vueltas que da la bandera y el recorrido del tambor al amanecer y al oscurecer desde el 6 de enero tendría su explicación como ritos míticos acompañados de ruidos (cohetes, cencerros, campanillos, tambor, gritos). El hombre primitivo creía alejar a los espíritus del mal de la localidad, dando vueltas a su alrededor. Idéntico sentido tenían los sonajeros de los niños par alejar los espíritus de sus cunas o las cencerradas a los viudos con objeto de que los espíritus del cónyuge fallecido no perturbara la paz del nuevo matrimonio.
Así todo el pueblo sería partícipe de la fiesta en su sentido mítico. Los niños y el tambor, que en su inocencia recibían una especie de bautismo contra el mal, los jinetes que dominan a la bestia en una especie de rito de asunción a la mayoría de edad, preparación para la guerra y cortejo de la mujer, y la infantería de mayores y mujeres, espectadores y beneficiarios de entes simbólicos.

2.3. Tradiciones colaterales a la fiesta:

– Los buñuelos. Tradición culinaria que reúne los elementos de la economía agrícola tradicional: aceite, harina, aguardiente, agua y miel. Bajo la antigua chimenea brillaba en hermosa sartén, a punto de recibir las cañas con la tierna envoltura de la masa buñolera (harina, aceite, agua, aromas..); baños, espumadera, botella de anís, tarros de miel ingredientes.
– El vino. Tradición agraria de la pitarra para el consumo. Actualmente se compra en cantidad en la Serena generalmente.
– La manta guapa… Tradición artesana del telar.

2.4. Validez histórica de estos orígenes legendarios.

– El pasado reciente.
* Interpretación amparada en testimonios orales de los protagonistas.

– Elementos de la Edad Moderna.
* MASCARADAS daban otra oportunidad a los caballeros para demostrar su maestría en el arte de la equitación. Permitían además a éstos lucir vistosos y ricos trajes que causaban la admiración de los espectadores. Era una carrera de caballos que consistía en que jinetes, vestidos con trajes de fantasía y con los corceles ricamente enjaezados, corrían de noche con hachas encendidas, compitiendo por parejas. Estas carreras conseguían ser muy vistosas y emocionantes por el riesgo que la prueba conllevaba al celebrarse de noche. El propio Felipe IV participó en alguna ocasión en estas competiciones. (José N. Alcalá-Zamora).
* Acta de fundación del pueblo en 1418, dependiente del Concejo de Trujillo.

– Luchas de moros y cristianos en la Edad Media.
* 713 Musa conquista Mérida.
1230-1252 Fernando III de Castilla y León Conquista Trujillo, con protagonismo del obispo y concejo de Plasencia y órdenes militares.

– La romanización de las costumbres vetónicas.
* VETONES: Pueblo de la Península Ibérica, establecido en la zona occidental de la Meseta, su territorio abarcaba desde el Guadiana al Duero. Esta población indígena fue arrinconada por los celtas. Los Vetones eran vecinos de los lusitanos, a los que apoyaron cuando se sublevaron contra Roma. Representaciones en bronce de exvotos animales y otras representaciones humanas a caballo (Malpartida, Aliseda y Torrejoncillo), una ellas con un pedestal y dedicada a la diosa Ataecina, deidad de carácter infernal relacionada más tarde con la Proserpina romana. Escultura de la Ermita, recientemente encontrada y datada en época ibérica.

* Lacimurga Constantia Iulia era un municipio de derecho latino y de acuerdo con el cognomen Iulia parece ser que es una fundación cesariana. Ubicada en el cerro de Cogolludo (Navalvillar de Pela – Puebla de Alcocer) es la reutilización más importante de un asentamiento prerromano en la zona. Situada en la orilla derecha del río Guadiana, ostenta una situación estratégica dominando uno de los vados del río Guadiana y un paso natural importante que sin duda sirvió para poner en contacto Andalucía con la Meseta. Debió ejercer como centro urbano principal, una fuerte influencia sobre un entorno rural. Minas de plata y plomo.

– Ritos espirituales prehistóricos…
* Pinturas rupestres esquemáticas del abrigo del Hoyopela.
* A lo largo de todo el Bronce Final pueden fijarse una serie de relaciones bien de modo directo, bien a través de intermediarios tal como se sugiere a partir de los hallazgos relacionados con el círculo del Bronce Atlántico, sobre todo la joyería, tomando como base el trabajo de M. Almagro Gorbea pueden señalarse las joyas espirales de Navalvillar de Pela, muy enraizadas en las modas del Bronce Pleno, a la vez que indican unas profundas relaciones con la zona irlandesa.

3.- Elementos etnográficos característicos de la fiesta.

3.1. Describir e interpretar los elementos materiales.

– Vestimenta del jinete.
– Atavíos del caballo.
– Lumbres y vino.
– La banda.
– La infantería.
– Las casas, etc.
– El buñuelo..

3.2. Función antropológica de los distintos elementos:
– Tambor desde diez días antes de la carrera,
– Recorrido predeterminado del casco antiguo,
– Duración del acto definido por tres vueltas del abanderado,
– Componentes animales/bestias (caballos, burros, mulos, etc.);
– Elementos naturales ecológicos (leña, hoguera, gamones, etc.);
– Elementos culturales (vino de pitarra, dulces, remolques, etc.),
– Atavío del jinete (gorro, pañuelo, fajón, zahones, camisa, etc.);
– Arreos del caballo (manta de madroños, montura, cola envuelta en cintas, campanillos, etc.).

4.- Interrelacionar e interpretar la función de estos elementos en un todo global.

4.1. Componentes sexuales:
– La camisa y el frío.
– El dominio de la bestia.
– La exhibición ante la mujer, el ligue…

4.2. Componentes conductuales:
– La desinhibición progresiva.
– Los gritos como liberación y catarsis.
– El vino como elemento de solidaridad e igualitarismo.
– La hospitalidad…

4.3. Componentes anímicos:
– El sentimiento de la fiesta: alegría, animosidad, valentía, amistad, las caídas, etc.
– El trato y la relación con el caballo a lo largo de la carrera ….

4.4. Componentes funcionales:
– Los remolques y las casas.
– La banda.
– La bandera…

4.5. Componentes económico sociales:
– La economía agraria: en plena de recogida de aceitunas. Harina, aceite, aguardiente y miel en los buñuelos. El vino. El caballo como elemento de trabajo…
– La sociedad peleña: Cofradía y directiva, el caballo como elemento de lujo y ostentación, las diferencias de monturas, los atavíos de los jinetes, las casas abiertas…

4.6. Otros.

5.- Contrastar y comparar la evolución e la fiesta lo largo del presente siglo.

5.1. Introducción de nuevos elementos y funciones en la fiesta según los fenómenos de divulgación cultural:

– Cambio funcional de la mujer,
– Persistencia del caballo en una sociedad tecnificada: el alquiler de caballos, la ausencia de mulos y burros.
– Modificación de la vestimenta y otros elementos funcionales.
– Introducción de elementos más sofisticados (bandas musicales, canción popular, etc.),
– Expansión de la gente de “a pié”, etc.
– La tendencia a la conservación del vino como elemento de catarsis colectiva: el reparto masivo de vino y buñuelos.
– Fiesta de interés turístico.

5.2. Valoración de la transformación que estos elementos innovadores suponen en la fiesta.