El himno de mi alegría
es la fiesta de mi pueblo,
lo manda un santo patrón,
el San Antón más fiestero
que cabalga por la noche
endulzando los biñuelos,
regando con rojo vino
a la boca del peleño
para sus alegres vivas
ensalzando a su señero
que baila bandera blanca
al son del tamborilero.

Nuestras hogueras crepitan
con llamas como luceros
y Navalvillar de Pela
revive del frío enero,
se calientan corazones,
aparecen los recuerdos
de nuestros seres queridos
que la corren desde el cielo,
porque es nuestra Encamisá
la mejor del mundo entero.

Somos un pueblo con suerte
con fortaleza y empeño,
el monte nos da la leña,
nuestros caballos el hierro,
los zahones su importancia,
la gracia de los pañuelos
sobre las camisas blancas
y enroscado en los cabellos,
San Antón pone las manos,
las peleñas el acervo
que sus mantas guapas lucen
y no se pierde «lo nuestro».

Con repique de campanas
y cohetes en Enero
nos hermana un San Fulgencio
gritando vivas mi pueblo:
¡Viva San Antón bendito!,
que viva, aún estando lejos.

Caridad Jiménez Parralejo. 2016